Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2015

Pablo Bello

Durante las primeras lluvias del verano, el calor se instalaba en las moradas del país, avisando que los próximos días serían los más calurosos del año. Los campos áridos pedían a gritos sombra para sus resecas grietas, mientras los campesinos rogaban al cielo por las aguas que revivieran las ajadas cosechas y el cadavérico ganado. Los habitantes de la ciudad se guarecían a la sombra de sus hogares, evitando a toda costa poner un pie en las calles. Los perros callejeros bostezaban una y otra vez, asomando una lengua rosada entre sus colmillos, señal del sopor que pesaba sobre su talante. En un camastro herrumbroso, casi sin color que sobreviviera a sus mejores años, se repatingaba Pablo, un hombre longevo y de aspecto taciturno aficionado a mirar al infinito. Permanecía inmóvil durante horas, abrazando su propia existencia entre pequeñas inhalaciones de nicotina y volutas que el viento recogía en segundos. Fumar era lo único que no cambiaba a través de los años, desde su juventud co...