Siempre regreso a este espacio, a pesar que me esfuerzo por mudarme a distintos lados. No me gusta depender de un servicio que en cualquier momento puede cerrar, terminando con todos lo compartido. Con todos los momentos. Sin embargo, Blogger sigue aquí, abandonado pero funcionando como los autos antiguos; con apenas algo. En una de esas me dedico a reanimarlo y continuar la historia de vida en este espacio.
A quien corresponda, Quiero que sepas que después de deliberar tantas horas con mis libros, mezcal y amor propio; me veo en la penosa necesidad de ponerte un adiós de por medio. No es que yo quiera, aclaro nuevamente, pero es preciso hacerlo. El consejo de esas voces que todos tenemos por nacimiento, cada día me martillan con sus “recomendaciones”, cual auditores de mi fuero interno, para que haga lo que dicta la moral en turno. Acuden a postulados caducos de amor al interior del individuo, charlatanería astral y no se cuanto más para alejar la cobardía de mis acciones. Si te preguntas porqué no vigilo más tu balcón, date por entereda. Si en su momento no me miras firme en mi torre al pasar en tu auto, date por enterada. Si no acude mi mirada a la tuya al encontrarnos en los pasillos, date por enterada. Si no me sorprendes buscandote en mi teléfono, date por enterada. Si ya no hay pretexto alguno para escribirte, date por enterada. — Mentir bien, para vivir mejor.