Vocaciones.
Por fin nos hemos decidido. Decidimos dedicar unas cuantas horas a la semana a desarrollar el arte de la escritura. Pocas cosas en esta vida me emocionan así, y ésta es una de ellas. No hay competidores, o mejor dicho, no hay forma que salga un ganador, simplemente es desarrollar un "algo" que creo tener para la narrativa.No hay límite, sólo es seguir adelante.
Estoy tomando cursos para perfilarme hacia la Maestría que no hace mucho me hice a la idea. Pienso que son buenas tablas para comenzar un largo y arduo camino, cómo lo último que alguien con intereses económicos intentaría. Quiero ser escritor.
Sí, leyeron bien, quiero ser escritor y aunque el deseo me ha llegado un poco tarde, no mucho a decir verdad, aún puedo hacer algo por ello. No morirá como uno más de mis proyectos que aborto mucho antes que sean tangibles.
No hay escritores jóvenes, por razones sencillas y lógicas: se necesita desarrollar las ideas, madurar, estar listo y tener algo que contar, es decir, necesitas un vasto cúmulo de experiencias y prácticas para poder empezar a considerarte como escritor, ya que como lo dice mi mentor: Escribir va más allá de lo elemental, siempre tienes que estar atento, observando y escuchando lo que pasa a tu alrededor. Escribir es develar. Escribir es hacer propuestas más allá de simples argumentos y debatir entre las hojas, instar al lector a que esté de acuerdo contigo, y en muchos otros caso no.
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