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Mostrando entradas de abril, 2013

Vivo en un solipsismo

Su placer es confundirme, es hacernos creer, a ti y a mi, que todo lo imposible puede ser real, las conjugaciones más falsas adquieren la verdad en su lengua, sus letras emiten sediciosas oraciones, perfectas en el amplio espectro de la invención. Se esconde en un incesante vaivén de pretensiones, mientras ella me encausa a su trampa mortal, su cama, yo me resisto a resistirme. Yo veo lo más profundo de los seres humanos, distingo lo inocuo de la esencia, me dijo mientras sus dedos gritaban, no hay verdad que no se me revele, ni mucho menos mentira que no haya sido dicha por mí... Me convence de sí misma, vivo en su solipsismo...

Amuleto

A mi parecer, Amuleto es una extensión de Los detectives salvajes, pudiendo ser Amuleto un episodio más de la primer obra. Pienso que fue el remanente de Los detectives salvajes, y que por una razón desconocida decidió publicar a en un libro aparte con las condiciones que ésto representa. Aún así, vale mucho la pena y se sentir la frescura de Roberto. Usa una estructura recursiva, es decir, va de atrás para adelante con elementos conexos, pero que en una realidad sería imposible de llevar a cabo. El uso de hechos reales y ficticios se vuelve el juego de Roberto, haciéndonos andar a tientas con la información que él presenta para saber cómo es que la vamos a utilizar. Crea libros y autores, se embarca en una anécdota helénica y explica la etimología de una palabra, todo en un mismo libro. Una uruguaya llamada Auxilio Lacouture, inspirada en una persona real que era muy amiga de su madre cuando Roberto vivía en el Tepeyac, es la protagonista e hilo de la novela. Ella cuenta desde su...

Mi Salvación.

La noche era cobijada por inmesas olas de calor, como si la tierra se proyectara pronta al infierno. Entre los confusos sueños revivo las sensaciones, aquellas que creía desterradas. Despierto. La veo. La odio nuevamente como la primera vez. El buró se burla de mí. Miente. Tal vez no. Las palabras esta vez no son útiles en los márgenes de la irracionalidad. Mis ojos se clavan en el techo, buscan la ventana como queriendo escapar. Sigo ahí. Sigue ahí. Me ovillo sobre su pecho, siento como su mano frota mi cabello con ternura. Sus labios buscan los míos. Quiero huir, quiero navegar fuera de la habitación buscando la insensibilidad. Despierto

Poetas guerrilleros en El Salvador. La Generación olvidada.

LA CENSURA Y UNA GENERACIÓN OLVIDADA Siete escritores perdieron la vida en los inicios de la guerra civil salvadoreña y pasaron al olvido gracias a la persecución política. Pero a pesar del silencio su obra sigue presente mostrando un eslabón que parecía perdido en la tradición literaria de El Salvador. *** Cuando era niño había muchas cosas prohibidas. No podíamos escuchar algunos grupos musicales ni vestir de rojo, y era motivo de muerte salir de la casa a ciertas horas. Vivíamos en guerra y ya era suficiente vivirla, para continuarnos preguntando por qué se prohibía todo. En el colegio los planes de educación se habían congelado y todos conocían a Roque Dalton, pero no a los que le siguieron. La muerte de Dalton en 1975 dejó como herencia el valor y el compromiso por la lucha de liberación. Así que los jóvenes decidieron seguir su camino, sobre todo los literatos. A partir de ese año la mayoría de jóvenes quería ser como él, escribir temerariamente para denunciar al Gob...

Chac Mool

Hace poco tiempo, Filiberto murió ahogado en Acapulco. Sucedió en Semana Santa. Aunque había sido despedido de su empleo en la Secretaría, Filiberto no pudo resistir la tentación burocrática de ir, como todos los años, a la pensión alemana, comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical, bailar el Sábado de Gloria en La Quebrada y sentirse “gente conocida” en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos. Claro, sabíamos que en su juventud había nadado bien; pero ahora, a los cuarenta, y tan desmejorado como se le veía, ¡intentar salvar, a la medianoche, el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta! Frau Müller no permitió que se le velara, a pesar de ser un cliente tan antiguo, en la pensión; por el contrario, esa noche organizó un baile en la terracita sofocada, mientras Filiberto esperaba, muy pálido dentro de su caja, a que saliera el camión matutino de la terminal, y pasó acompañado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida. Cuando...

Dormir en tierra

Pesado, con su lento y reptante cansancio bajo el denso calor de la mañana tropical, el río se arrastraba lleno de paz y monotonía en medio de las dos riberas cargadas de vegetación. Era un deslizarse como de aceite tibio, la superficie tersa, pulida, en una atmósfera sin movimiento, que sobre la piel se sentía igual que una sábana gigantesca a la que terminaran de pasar por encima una plancha caliente.                 Las casitas de madera del puerto, montadas en zancos sobre la orilla del río para quedar a salvo de las crecientes, parecían temblar, con ligeras y cambiantes distorsiones, vistas a través del vaho abrumador, quieto, de un aire que no se movía, de un aire que estaba ahí, empezando, muerto como el agua de un estanque. De las casitas se elevaba trabajosamente, vertical y despacioso, trazando sobre el agresivo azul del cielo una apenas ondulada línea blanca de gis, un humo concreto, corporal, maci...