Venus, un sueño erótico

Con palabras pretendo tocarte, en ausencia de mis manos y dedos. Quiero que estas mismas se escurran por cada vertebra de tu delicada espalda, palmando, tocando, descubriendo parajes distantes. No importan las 10 horas de distancia, no importa tu calidad de diosa en la tierra, de Venus. Como simple mortal, pretendo tocarte hasta la imaginación y servir como aliciente de tus sueños. Mi Venus. Mi Venus hecha mujer. Eres como la divinidad convertida en materia. Las mismas palabras se pierden en tus muslos, se duermen en esa vorágine que son tus caderas, se levantan nuevamente para reptar hasta tus pechos enhiestos que prometen la vida, y por si fuera poco, la muerte. Quiero hacer lo que pocos letrados han hecho, hacerte mía desde este escrito. Te pertenece, es tuyo, más que mío. 

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